Biochar de Vermiorganic
El biocarbón o biochar es el producto de la descomposición térmica de materiales orgánicos (biomasa) con escaso o limitado suministro de oxígeno (ambiente reductor), a temperaturas relativamente bajas (inferiores a los 700 grados centígrados) y que es destinado a uso agrícola, lo que hace que sea diferente al carbón usado como combustible y al carbón activado.
En nuestro caso el material biológico empleado son restos de poda y biomasa de especies vegetales ornamentales, provenientes de trabajos en municipios de nuestra zona.
Efectuada la pirólisis en proceso largo se obtiene la máxima carbonización del material vegetal, reduciendo considerablemente la cantidad de compuestos volátiles.

La incorporación de biocarbón al suelo puede alterar sus propiedades físicas y mejorarlas como la textura, la estructura, la distribución del tamaño de poro, el área superficial total, y la densidad aparente, con repercusión en la aireación, capacidad de retención de humedad, crecimiento de las plantas y facilidad de laboreo del suelo. El biocarbón por lo general incrementa la capacidad de intercambio catiónico (CIC) del suelo y, por lo tanto, la retención de NH4+, K+, Ca2+, Mg2+, lo que probablemente se atribuye a su elevada superficie específica. Además, contribuye a hacer más fértiles los suelos ácidos.
Algunos estudios muestran que el biocarbón funciona como medio idóneo para la colonización de microorganismos benéficos, por lo que su adición al suelo puede incrementar la población, y entre ellos bacterias fijadoras de nitrógeno y los hongos micorrízicos que elevan la capacidad de absorción de fósforo por parte de las raíces de las plantas.
Por último, señalar otra de las ventajas de utilizar esta enmienda y es que el biocarbón posee alto contenido de carbono orgánico, altamente resistente a la descomposición, por lo que funciona como un almacén de CO2 contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
En pratenses y cultivos herbáceos anuales aplicar en superficie antes de la siembra a razón de 20-40 m3 por hectárea.
En cultivos hortícolas aplicar enterrado a 7-10 cm de profundidad de 20-40 m3 por hectárea.
Puede aplicarse con otros biofertilizantes, especialmente indicado junto con humus de lombriz o ácidos húmicos.
RESULTADO | UNIDAD | MÉTODO | |
Solubilidad total | 28,9 | % | Gravimetría |
Humedad | 26,8 | % p/p | UNE-EN-13040 |
Materia orgánica total | 78,44 | % p/p | UNE-EN-13039 |
Cenizas | 61,7 | % p/p | UNE-EN-13039 |
pH | 9,6 | U. pH | UNE-EN-13037 |
Carbono orgánico total | 45,5 | % p/p | Cálculo |
Densidad aparente | 0,36 | g/cc | UNE-EN-13040 |
“El Carbón Vegetal mejora las características físicas del suelo, como su estructura, lo que facilita una mejor distribución de las raíces, la aireación y la absorción de humedad y calor (energía). Su alto grado de porosidad de la tierra, al mismo tiempo que funciona con el efecto tipo “esponja sólida”, el cual consiste en la capacidad de retener nutrientes útiles a las plantas, disminuyendo la pérdida y el lavado de éstos en la tierra. Por otro lado, las partículas de carbón permiten una buena oxigenación del abono, de manera que no existan las limitaciones en el proceso aeróbico de la fermentación, otra propiedad que posee este elemento es la de funcionar como un regulador térmico del sistema radicular de las plantas, haciéndolas más resistentes contra las bajas temperaturas nocturnas que se registran en algunas regiones. Finalmente, la descomposición total de este material en la tierra dará como producto final, humus."
Ref.: Restrepo, Jairo, "ABC de la Agricultura Orgánica", pág. 22, SIMAS, 2007
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