El cambio de condiciones al que se somete una planta al moverse a un nuevo medio, puede suponer un shock para ella.
Por ejemplo, pasar de un medio húmedo y con temperatura controlada, en un invernadero, al exterior a un medio más seco y con cambios bruscos de temperatura.
Si no se previene o se trata, puede provocar que nuestra planta no sobreviva, lo que supone un coste económico y de tiempo.